Le odié, odié al reloj y me odié a mí misma.
Siguiendo a tientas, continué oteando de soslayo el aire en busca de la puerta y por fin conseguí dar con el pomo. Lo retorcí despacio, muy despacio tratando de provocar el menor ruido posible. Abrí la puerta y tras ella, una luz cegadora invadió mis globos oculares dotándolos de color propio, pese a esto, tropecé y di de bruces contra el suelo. A gatas, rápidamente cerré la puerta y me dispuse a ponerme de rodillas.
Allí estaba él, desparramado en el suelo, con su singular camisa roja a cuadros y su formidable media sonrisa
Aquella sonrisa
-Vaya, vaya, parece que la bella durmiente por fin se ha dignado a levantarse.
+Vete a la mierda.
-Tan simpática como siempre-Entornó los ojos y sonrió sin dejar de suscitar
+¿De qué estás hablando?
-Ya sabes... dijiste que si era capaz de pasarme la noche en vela esperando en la puerta de tu habitación hasta las 4, me darías un beso.
+¡Yo no dije eso!
-Pero accediste.
+¡Estás loco!
-Pero eso a ti te encanta.
Me obligué a mí misma a bajar la mirada para ocultar el rubor ahora presente en mis mejillas y súbitamente noté que estás enrojecían más. Sus manos se posaron a lo lados de mi cara, sujetándola, obligándome a levantar la barbilla y a mirarle a los ojos.
-¿Me darás un beso?-Susurró tiernamente.
+Ya ha pasado una hora, no vale.
-Razón de más para que valga, pues he esperado más de la cuenta. ¿No crees que merezco un plus?
+¿Me tomas el pelo?+Aparté la mirada.
-Solo cumple tu promesa.
Llevándose un dedo a la mejilla izquierda y señalándola dijo "aquí", a regañadientes accedí y le besé la mejilla izquierda. A continuación mostrándose algo más satisfecho repitió la operación, sin embargo en este caso, señaló su mejilla derecha y volvió a pronunciar la palabra "aquí". Entorné los ojos, suspiré, y con mucha más dulzura que antes, le besé la mejilla derecha hundiendo mis labios, empapándome de su piel, percibiendo el cálido contacto de su tez.
-¿Tan difícil ha sido?
+No
Contesté riendo avergonzada.
-Entonces, ahora... aquí-Dijo señalando sus labios.
Sin duda alguna me precipité sobre su boca, bebiendo fugazmente de ella, anhelando cada batida de su aliento, cada respiración taciturna que provenía de su ser y fue justamente en ese momento cuando comprendí que lo había estado deseando tanto tiempo y había sido incapaz de admitirlo, negándomelo a mí misma. Perdí el control, y me abalancé sobre él ahora bebiendo de su cuerpo, rozando sus extremidades, su pecho, su cara... seguramente él estaba tan sorprendido como yo, no obstante no dudó en devolverme las caricias, en hacerme estremecer, en regalarme una parte de su alma y la totalidad de su cuerpo.
Le tenía preso a mí, recostado en la pared, mirándome con detenimiento, esbozando aquella maldita
+Te odio...
-Por qué?
+Por hacerme esto...
-Entonces ódiame porque no pienso dejar de hacerlo.
Sin previo aviso, me besó.
Eran más de las seis. Le odié, odié al reloj y me odié a mí misma.
Vivo con sueño, sin saber soñar.Att: Somnolienta. ♥
O_O Guau! simplemente puedo decir eso. Acabo de leer esta entrada que da comienzo a tu blog y, créeme, me has dejado con ganas de más. Hoy ya es muy tarde pero mañana me leeré el resto de tu blog.
ResponderEliminarMe hencanta como escribes y me ha encantado esta entrada... SIGUE ASÍ!! Me encanta tu blog y espero que crezca muy rápidamente a raiz de tu inspiración y dotes de escritora.
XOXO♥